Un campesino fue retenido por un grupo ilegal en Segovia y desde entonces está desaparecido

Segovia- Antioquia

El pasado 4 de abril de 2025, fue retenido contra su voluntad por un grupo ilegal el campesino Jair Ernesto Toro Carvajal, de 49 años, en una vía rural de la vereda La Po de Segovia, Nordeste de Antioquia. Desde ese día no se volvió a saber de su paradero. La comunidad y sus allegados piden a los captores que lo regresen, aunque circula una versión en la zona de que fue asesinado.

Unos días antes de su desaparición, el campesino Toro Carvajal había sido mordido por una serpiente que le complicó la salud debido a que no pudo recibir atención médica oportuna, porque el grupo ilegal que controla la zona le impedía la salida, argumentando que si se dirigía al hospital en el área urbana, supuestamente entregaba información de la zona a las autoridades. Ante el deterioro de la salud, el grupo le permitió la salida y estuvo hospitalizado 15 días en Medellín y, tras su recuperación, regresó a la vereda.

Allí continuó con sus labores agrícolas y le descubrieron unas hernias, por lo que de nuevo tuvo que salir al médico. De nuevo fue reconvenido por los ilegales. Finalmente pudo recibir atención, y tras la intervención regresó a la vereda La Po, pero por las duras tareas de campo las heridas se le abrieron y tuvo que pedir autorización para salir, pero parece que esa tercera vez colmó la paciencia de los criminales. Así lo relató a Caracol Radio una persona cercana al caso y que solicita la reserva de su identidad.

“Y se enfermó de lo mismo, estaba muy enfermo, estaba buscando recursos para salir al pueblo y el 4 de abril, tipo 4 o 5 de la tarde, lo cogieron grupos armados ilegales, no sé qué grupo serían y desde ahora en punto nunca se volvió a saber nada de él, esta es la hora que está desaparecido. Él venía saliendo buscando transporte; ahí lo retuvieron en un caserío que se llama La Po”.

Recalca en su relato que el campesino ya había sido amenazado en reiteradas ocasiones por sus constantes salidas al área urbana de Segovia, todas para tratar sus padecimientos, pero eso no fue comprendido por el grupo ilegal que le habría cobrado las advertencias.

“A él le habían dicho que si volvía a salir al pueblo, lo iban a matar. Porque él estaba llevando información al pueblo. Sí, ya había sido intimidado por eso. Incluso desde que salió la primera vez que lo picó la culebra, no lo querían dejar salir y luego, cuando ya salió, le dijeron que lo iban a matar. Pero él tenía problemas mentales desde pequeño. O sea, él no hacía caso de lo que le dijeron”.

Con el paso de los días ya está circulando una versión de que posiblemente fue asesinado por orden del cabecilla de la zona, pero los ilegales no se han referido al caso ni le han manifestado nada a la familia.

El desaparecido estaba adscrito a la Junta de Acción Comunal y la comunidad lamenta este hecho, ya que lo consideran como un agricultor muy trabajador y sus actividades eran la siembra de plátano y yuca, entre otros productos de los que derivaba su sustento, pese a su discapacidad.

Piden al grupo ilegal que lo regresen si continúa con vida y si no es así, que indiquen dónde está el cuerpo para poder darle una sepultura digna y su familia pueda descansar de la angustia que los aqueja desde hace casi dos meses y medio.